Fotografiando deportes con Fuji GFX
Siempre que hablamos de fotografía de deportes la asociamos a teleobjetivos luminosos, grandes y pesados, y sobre todo a una alta velocidad de obturación, alta velocidad de enfoque y disparo en ráfaga. Es lógico, ya que queremos capturar el instante preciso, el movimiento, el golpe, la reacción veloz del deportista.
Yo no estuve libre de eso. Por el contrario, todo el tiempo que trabajé con la línea APS-C de Fuji busqué velocidad: pasé por la XT3, XT4 y XT5 hasta llegar a la XH2S. Cuando compré mi primera GFX lo hice convencido de que iba a trabajar indefinidamente con la combinación de ambos sistemas, formato medio y APS-C, aprovechando lo mejor de ambos mundos: la rapidez de mis cámaras APS-C y la resolución y rango dinámico del formato medio.
Sin embargo, tal como he comentado en artículos anteriores de este blog, la práctica me mostró que puedo obtener buenos resultados y simplificarme la vida trabajando en fotografía deportiva solo con formato medio.
En este artículo te cuento cómo lo hago. Espero que te sea útil.
Los desafíos: enfoque y exposición
Repasemos las razones por las que buscamos máxima velocidad en fotografía de deportes:
Necesitamos alta velocidad de obturación si queremos congelar el movimiento. Típicamente tendremos que trabajar con tiempos de 1/2000, 1/3200 o menores aún, lo que se traduce inmediatamente en el requerimiento de contar con un lente muy luminoso para compensar exposición sin tener que subir mucho el ISO. Esto es particularmente crítico si el deporte ocurre bajo techo, con poca luz.
Por otra parte, para capturar el momento preciso necesitamos fotos nítidas capturadas en el instante exacto, que puede durar una fracción de segundo, lo que hace imperativo contar con enfoque continuo de alta precisión y una ráfaga muy rápida para poder seleccionar después la mejor imagen.
Para sumar complicaciones, en fotografía deportiva normalmente no se puede usar flash, así que tenemos que proveernos de una cámara muy rápida y un lente teleobjetivo que ojalá sea zoom con un buen rango focal y muy luminoso.
Claramente no nos sirve una cámara de formato medio que tiene enfoque lento y ráfaga lenta, cuyo zoom más “largo” es un 100-200mm f/5.6 (equivalente a un 80-160mm en full frame) y el teleobjetivo fijo de mayor alcance es un 250mm f/4 (200mm en full frame).
¿O sí?
Diagrama “The Sunny F/16 rule”. Créditos: reddit.com
Pensando fuera de la caja
Mirando en retrospectiva, pude haber anticipado la realidad que descubrí durante los Juegos Panamericanos 2023 si hubiera desechado los paradigmas y hubiese pensado “fuera de la caja”.
Habría bastado con usar una regla práctica que ayuda a calcular la correcta exposición en una escena de día soleado. Se llama “Sunny Sixteen” (“soleado 16”) y dice que consigues una exposición adecuada en un día soleado si disparas a f/16 con ISO 100 y obturación de 1/100. Lo puedes comprobar midiendo exposición con tu cámara en un día soleado. Pon tu cámara en modo manual, ISO 100, apertura f/16, tiempo en 1/100 y observa que el indicador del exposímetro marca cero o muy cerca de cero.
Usando esta regla es fácil configurar tu cámara si deseas usar otra velocidad o apertura, ya que solo tienes que balancear los pasos de luz que ganas o pierdes cuando modificas la velocidad y el diafragma. Por ejemplo, si en ese mismo día soleado quieres disparar a 1/3200, habrás perdido 5 pasos de luz que puedes compensar abriendo el diafragma a 2.8 (siempre que tu lente lo permita).
Otra utilidad de Sunny Sixteen es que puedes analizar la exposición antes de comenzar a fotografiar o incluso antes de ir a la locación. Por ejemplo, en un deporte bajo techo hay típicamente 7 pasos menos de luz, así que podemos hacer el siguiente cálculo:
Supongamos que haremos fotografía deportiva bajo techo con un teleobjetivo fijo que abre hasta f/4 y queremos disparar a 1/3200 para congelar el movimiento.
A esa velocidad de obturación perdemos 5 pasos de luz respecto a Sunny Sixteen.
Podemos compensar 4 pasos abriendo el diafragma hasta f/4. Eso nos deja con una subexposición de 1 paso.
Pero como la luz ambiente es 7 pasos menos que en un día soleado, nos falta compensar 8 pasos en total y solamente nos queda el ISO, porque no nos permiten usar flash.
Como resultado tendríamos que subir el ISO a 25.600 para obtener una correcta exposición.
¡Uf! Eso es mucho así que veamos cómo lo podemos reducir un poco. Quizás podría usar mi XT5 con el 50-140. Con su apertura de f/2.8 recupero un paso de luz respecto a f/4 y si disparo a 1/2000 recupero dos tercios más, con lo que podría disparar con un ISO de 8.000.
O quizás, podría usar mi GFX100S.
Ráfaga y velocidad de enfoque
Pero, ¿qué pasa con la ráfaga y la lentitud de enfoque de la GFX?
Bueno, pasa que no pasa nada. Simplemente no los uso. No disparo con ráfaga en fotografía deportiva, ni en ningún otro tipo de fotografía. Y no utilizo enfoque continuo.
Aprendí mucho el primer día de los Panamericanos observando a los fotógrafos experimentados. Mientras yo disparaba ráfaga tras ráfaga exigiendo al máximo mi XT5 a 1/2000, ISO 8.000 con el 50-140 en f/2.8, ellos miraban el juego o el combate con ojo atento. Apuntaban la cámara hacia el lugar en que ocurriría la acción que esperaban y solo disparaban en el momento preciso usando ráfagas cortas, de unos 5 disparos como máximo. Luego insertaban la memoria SD en su laptop, seleccionaban la mejor foto, le hacían un ajuste de encuadre y la subían a la nube para que su equipo la pudiera publicar de inmediato. Y seguramente después de los juegos se iban a descansar o a tomar unas cervezas con sus amigos.
Yo, en cambio, ese día me fui a casa con más de 2.000 fotos para revisar, seleccionar y procesar. Un desastre. Aunque no tenía la presión de enviar la fotos de inmediato, si acumulaba 2.000 fotos diarias me iba a demorar semanas en procesarlas todas.
Al día siguiente no cometería el mismo error. Dispararía solo con la GFX y sin ráfaga.
Llevé el lente GF110 mm f/2 (equivalente a un 87 mm en full frame) y planifiqué la siguiente estrategia:
La falta de zoom la resolvería con la enorme capacidad de recorte de la GFX, que permite un “zoom digital” hasta 5x sin perder calidad de imagen. O sea, contaba con un rango equivalente a un 87-435 mm en full frame. Más que suficiente para fotografía deportiva.
Para la exposición usaría f/2, con lo que podría disparar a 1/3200 en un local oscuro, subiendo el ISO solo a 400 u 800.
Enfocaría anticipadamente el lugar de la acción y esperaría, aplicando la técnica conocida como pre-enfoque. Sin ráfaga y sin enfoque continuo.
La técnica de pre-enfoque
Una de las cosas que siempre me gustó de las Fuji APS-C es la opción de enfoque AF+MF, que permite dejar el switch de modo de enfoque en la posición M (manual) sin perder la posibilidad de usar el enfoque automático simple (modo S) mediante el botón AF-ON o cualquier otro botón programado como AF-ON.
Eso permite apuntar la cámara y enfocar un punto donde ocurrirá la acción para luego disparar cuantas veces quiera sin tener que volver a enfocar, lo que tiene varias ventajas:
Primero, el plano de enfoque queda fijo y nada lo modificará. Puede pasar alguien por delante, puede entrar en el encuadre una rama movida por el viento, etc., y el enfoque seguirá donde lo queremos.
Segundo, el disparo ocurre instantáneamente al presionar el botón ya que la cámara no pierde tiempo tratando de enfocar. Y esos milisegundos pueden ser claves para el éxito de la foto.
Tercero, consume menos batería ya que el proceso de enfoque incluye mover los motores internos del lente, lo que gasta energía, especialmente si usamos enfoque automático continuo.
Comencé a usar esta técnica con mi primera Fuji APS-C, la XT3, y al cabo de un tiempo dejé de usar los modos de enfoque S y C. De ahí en adelante siempre he usado mis cámaras configuradas para pre-enfoque.
Una de las primeras cosas que revisé cuando estaba evaluando la posibilidad de comprar una GFX fue justamente esa función. Y afortunadamente la tienen.
Volviendo a los Juegos Panamericanos, empecé a observar el juego o combate en curso poniendo atención en las acciones más interesantes y dónde ocurrían normalmente: cerca del aro en el básquetbol, en el centro del tatami en el judo, etc. Luego preenfocaba y esperaba con la cámara lista para disparar al momento de la acción.
Esa tarde y todas las demás, regresé a casa con menos de 200 fotos por jornada, cantidad más que adecuada para revisar, seleccionar y procesar en poco rato e irme a tomar una cerveza.
Configuración de la GFX
Ésta es la forma de configurar la GFX para usar la técnica de pre-enfoque:
Switch de modo de enfoque: posición M.
Menú de AF-MF:
Opción AM+FM = ON
MF ASSIST = PEAK.
Menú de configuración, opción Shutter AF:
AF-S = OFF
AF-C = OFF.
Función (Fn) setting: botón AF-ON = AF-ON (o puedes asignar otro botón que te resulte más cómodo para enfocar).
Conclusiones
Aunque tardé más de un año en decidirme a reemplazar todo mi equipo APS-C y quedarme solo con Fuji de formato medio, los Juegos Panamericanos marcaron un punto de inflexión. A partir de ese momento mi cámara APS-C pasó a ser el equipo secundario, de backup, y comencé a hacer todos los trabajos con la GFX: bodas, retratos, eventos, productos, etc. Un año después reemplacé mi XT5 por una GFX100S mark 2 y me zambullí de lleno en el formato medio.
¿Tú usarías una cámara GFX para fotografía de deportes? Espero tus comentarios.
Un abrazo,